Tres largas jornadas de intercambios, unas 250 mujeres provenientes de 21 naciones y pueblos indígenas decidieron por consenso tomar una serie de medidas orientadas a poner fin a las prácticas abusivas y violentas con motivos de género y discriminación, que calificaron de “coloniales”.
“El 3 de Junio, 3J, marchamos contra la violencia y para decir basta al chineo”, aseguraron las mujeres y travestis trans reunidas en plenaria, tras haber pasado compartiendo sus experiencias y las de otras mujeres y niñas que habitan las comunidades indígenas y han sido víctimas de violaciones y abusos sexuales.
El Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, organizador de este encuentro en la localidad de Chicoana, viene trabajando para concientizar y visibilizar el “chineo”, que describen como “crimen de odio hacia nuestras niñas y niñes indígenas.”
Según explican desde el Movimiento, “el ‘chineo’ no es una práctica cultural sino una práctica sistematizada colonial perpetrada por hombres criollos hacia nuestras comunidades”. Lleva ese nombre porque los españoles y luego los criollos llamaban “chinas” a las niñas indígenas por sus ojos rasgados.
“La palabra ‘chineo’ no surge del pensamiento ancestral indígena, la palabra ‘chineo’ le pertenece al opresor, al invasor, al criollo violador. Esta palabra tiene una carga racista, misógina y genocida”, aseguran las mujeres, quienes eligen utilizar este término para demostrar la “racialización” de este tipo de violencia de género.