Más de 400 mensajes de Whatsapp, pedidos de entrevistas de todo el mundo y decenas de llamadas por Zoom con felicitaciones marcaron las últimas 24 horas del excombatiente argentino de la guerra de Malvinas.
Julio Aro, tras la confirmación de su candidatura al Nobel de la Paz, noticia a la que calificó como “un abrazo al alma, como cada beso de una madre” de alguno de los caídos que pudo ser identificado gracias a su trabajo incansable y esperanzador.
El objetivo de identificar a las víctimas fatales surgió de Aro en 2008, tras su primera visita al archipiélago, 26 años después de la rendición argentina.
Fue allí cuando advirtió que en el Cementerio Darwin había 122 tumbas que llevaban la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”
Aro, quien participó como conscripto en el conflicto bélico de 1982. Fue postulado por la Universidad de Mar del Plata para la edición 2021 del premio.
En la primera hora del lunes se enteró de la confirmación oficial por parte del Comité Noruego del Nobel. Y a partir de alli las ultimas 24 horas fueron de constantes llamadas telefónicas.
El motivo de la candidatura
El excombatiente comparte la candidatura con el excoronel británico Geoffrey Cardozo por la tarea realizada por ambos en la identificación de los cuerpos.
“Jamás pensé en premios porque el premio mayor lo tenemos cada vez que es identificado alguno de los caídos y recibimos un beso o un abrazo por ser el nexo entre una madre y su hijo fallecido. “
Julio Aro
Oriundo de la localidad bonaerense de Mercedes y residente desde hace décadas en Mar del Plata.
Aro creó -luego de aquel viaje- la Fundación No me Olvides y en 2010 se puso en marcha el Proyecto ADN.
La iniciativa obtuvo el respaldo de figuras como el líder de Pink Floyd, Rogers Waters, y el Papa Francisco, de organizaciones humanitarias como la Cruz Roja y de ambos gobiernos.
“Desde lo más profundo de mi corazón les digo gracias a todos por estar siempre para ayudarnos en cada momento en que lo necesitamos”
Julio Aro