El 18 de Octubre del 2019 el estallido social se levantaba en Chile, ese país modelo del neoliberalismo, con la mayor desigualdad social del continente, un estado que lejos de romper la continuidad con la dictadura de Pinochet aseguró la impunidad para los crímenes de lesa humanidad y asi fue antes de la nueva normalidad.
Las calles fueron tomadas a lo largo y ancho del territorio. Ni el estado de sitio, ni el toque de queda declarado por el gobierno de Sebastian Piñera pudo frenar la revuelta: décadas de miedo y letargo quedaron atrás.
Chile desperto a 30 años de letargo
Apareció en la calle una generación que levanta posiciones desde el feminismo y las disidencias sexuales; profundamente antipatriarcal, anticolonial y anticapitalista. Todo entra en la nueva normalidad.
Apostando por lo plurinacional, por un buen vivir y reivindicando el derecho al goce, a la ternura, a los afectos. Las artes tienen un papel predominante en el estallido desde la expresion misma, el artasgo.
Entre las voces más emblemáticas, no solo del estallido sino de los últimos 30 años en Chile, por sus letras que denuncia todo un gran abanico de problemáticas sociales está Ana Tijoux que acompañó con su voz y su “cara de nana” -mote despectivo con el que quisieron denostarla por sus rasgos indígenas- la lucha de quienes resisten en la calle.
Qué lugar ocupa el feminismo en tu vida y en tu trabajo artístico?
Bueno, como yo siempre digo, yo no nací feminista, yo me hice feminista y me sigo haciendo. Hay muchas cosas que aún desconozco mucho. Me siguen enseñando todo el tiempo y creo que eso es lo más lindo. Es un movimiento permanente, no es estático. Hay muchas cosas que yo me cuestiono y que a veces no estoy de acuerdo con mi misma ayer.
Entonces, creo que una música, así como una Revolución no puede ser sin feminismo.
Creo que parte por ahí, en cómo deconstruir la imagen masculina que está instalada en nuestra educación, en nuestra manera de vestir, de hablar, de actuar, de cantar, en cómo relacionarnos con el otro, con la otra, con le otre, la forma de hablar, de seguir creyendo en el amor romántico, en las relaciones de pareja, con los padres y madres, con las abuelas y abuelos, con les hijes mismxs.
Creo que mi trabajo está todavía en eso. Sigue siendo algo que me atraviesa, que me intriga, que me conmueve y que me interesa trabajar y profundizar. Pero también creo que uno tiene derecho a ese pudor, a reconstruirme permanentemente.
Y cómo madre, ¿cómo vas trabajando todo esto?
Como la crianza es un cotidiano, es muy complejo. Porque al ser un cotidiano uno a veces va repitiendo, y no se da cuenta.
En el caso de mi hija, la verdad es que ella me enseña un montón de cosas. Dice cosas que yo no decía a su edad, por ejemplo que ella diga que le gustan los humanos. Cosa que yo jamás pensé.
Me pasa que, al revés, es mi hija la que me está destruyendo. Es permanente.
Por ejemplo un gran trabajo que como madre enfrento es que aunque yo tenga todo un discurso de libertad, soy super culposa y estoy en ese trabajo de poder borrar eso.
Estoy en un trabajo ahora mismo que puedo resumir en: antipatriarcal, antiyuta y anti culpa.
Racismo y movimiento anticolonial.
El facismo, la radicalidad del neoextractivismo, los procesos neocoloniales, el racismo van in crescendo a escala planetaria. Paralelo a ellos, se levantan diversas respuestas anti extractivistas, anticoloniales y antirracistas a nivel global.
La nueva normalidad
La Nueva normalidad es un Estallido permanente.Y capaz que me equivoque pero me da la impresión que la nueva normalidad tiene olor a lacrimógena. Se instaló como un aire espeso. Y parece que esa es la nueva normalidad en Chile.
Yo creo que la nueva normalidad abre una fase en que los fascismos puedan decir y hacer lo que quieran. Puedan decir a destajo: Sí, yo odio a los árabes o los negros, odio al pobre, odio el flaite (marginal), odio a la miseria, odio a la otra clase y pareciera que fuera como una polarización mundial.
El plebiscito en Chile
Se debe votar, para el plebiscito en sí, pero la pelea no puede quedarse allí. La lucha hay que seguirla en la calle, no hay que soltar la calle y hay que potenciar las organizaciones de todo tipo.
“Será un trabajo de joyeria de todas las organizaciones y asambleas coordinadoras desde Arica a Punta Arenas”.
Anita Tijux
Estamos en un momento álgido de pandemia racista y de crisis, todo movimiento que se levante contra esto, suma. Todo suma y es necesario.
Creo que este discurso de la nueva normalidad, que este discurso pandémico se puede contrarrestar con solidaridad y afecto. Para mí, va a ser con el nosotres, juntes, desde lo colectivo, desde los afectos, desde la calma.
Porque creo que vienen tiempos muchísimos más duros de los que pensamos. Y como se viene algo tan duro, quiero estar calmada para poder tomar decisiones de la misma forma. No quiero permitirle a esta pandemia que se incruste en mis afectos, en la capacidad de solidaridad y de organización política.