No se trata de una cuestión dogmática o surrealista, el peso: se trata del salario, de las jubilaciones, de la facturación de una Pyme.
En definitiva, se trata de la moneda nacional que representa soberanía, libertad (económica, monetaria) y nuestra productividad: que el crecimiento económico quede como ganancia en Argentina es más educación y más infraestructura.
Ya dijimos que la dolarización es trasladar esa riqueza a la moneda, por eso representa soberanía y productividad. Lo que estamos viendo es un apriete de sectores nacionales e internacionales sobre nuestra soberanía.
Era irracional que en 2018 el fondo Pimco y Templeton vengan a la Argentina con dólares frescos para colocarse con posiciones en pesos mientras nadie le prestaba plata a la Argentina y se tramitaba lo que iba a ser el préstamo más grande del FMI.
En ese momento, por orden de Donald Trump, se apresuró la llegada de Pimco y Templeton al país con 5 mil millones de dólares para colocar en pesos y reforzar reservas.
Eso es irracional, como también es irracional retirarse de la Argentina cuando se pueden hacer ganancias con otro tipo de activos, como el Merval, que vale el 25% de lo que valía en 2015.
Con solo 4 mil millones de dólares (mil millones menos de los que trajeron antes) pueden comprar todos los bancos privados de la República Argentina. Pero aun así aguante e peso
Es irracional irse pagando una cotización de $181 por dólar. Esto muestra que detrás de estas decisiones hay intereses políticos de parte del país del Norte.
El Gobierno tiene salida para defender al peso, y van a seguir llegando medidas para aumentar la oferta de dólares en el mercado y no tanto de restringir la demanda.
Debe haber entre 2 mil y 3 mil millones de dólares en el mercado de parte de estos fondos y si esta presión en el cambio no se traslada a precios o a inflación el gobierno tal vez pueda pinchar esta burbuja que se llama dólar.