marzo31 , 2023

¿Diferencias de clases o de ideas?

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Por Alcides Ramón Balbuena. 

Una de las obras maestras universales de la literatura pertenece a la Rusia del siglo XIX y cuyo nombre sobresale de entre muchas. Crimen y Castigo nos lleva a las más estrechas diferencias de la moral pero nos sumerge en el pensamiento del espacio totalmente difuso y extenso entre las clases sociales.El personaje principal, Riodón Raskólnikov, tiene que lidiar con sus aires de grandeza, su ética y moral.

Sin embargo, la posición de Raskólnikov es mucho más compleja: ha asumido que la sociedad se halla dividida en dos tipos de seres humanos; aquellos superiores que tienen derecho a cometer crímenes por el bienestar general de la sociedad y aquellos inferiores que deben estar sometidos a las leyes, cuya única función es la reproducción de la raza humana. 

Esta definición general corresponde a la obra que pertenece a FIÓDOR DOSTOYEVSKI.  

Para los que tuvimos el placer de leer este libro nos marca un antes y un después. Es que tal vez al haberlo hecho yo en mi temprana edad, haya comenzado a entender a través de sus letras las diferencias de clases y la potestad de cada una de ellas. Asumí entonces una posición. Esa postura siempre converge desde entonces a comprender al que menos tiene, al desposeído. 

Simplemente creo que las similitudes existentes entre esos tiempos y los de ahora, no han cambiado en el subconsciente humano, hablo de la totalidad. Sí encuentro en una casta, un poco más abierta a las demás, la que defiende la supremacía del Derecho igualitario. 

Apenas comencé a andar el camino del entendimiento, absorbía con beneplácito el estímulo interno de saberme parte de una lucha a favor de la clase trabajadora o de aquellos, que en su conjunto, se veían desplazados por la clase elitista, marginándolos y llevándolos aún más hacia la pobreza, no solo económica sino también en el usufructo de sus derechos, aquellos que fueron adquiridos por años de lucha.

Hoy nos encontramos ante una mayoría que sin dudas logró abstraerse de las dificultades que impone a la sociedad la clase oligárquica. El conservadurismo en sus más estrechos lazos con los poderes fácticos, vernáculos y foráneos, siempre quiso suprimir ideales o pensamientos de igualdad. El letargo en el cual permanecimos por un tiempo se debió particularmente al desdén del pueblo con sus dirigentes, esencialmente políticos. He aquí que el ostracismo en el cual permaneciamos fue delimitando y debilitando nuestras aspiraciones. Esas que son complejas pero no imposibles de llevar adelante. Las ambiciones de los sectores que se apartaron del proyecto jugaron a favor del neoliberalismo y en contra de nuestros ideales. Por ello encontramos allí la primer muralla hacia las voluntades que estaban estancadas en un umbral, casi escondidas, pero que vuelven a salir a flote cuando CFK se postula a Senadora en el 2017.

Es así que llegamos a hacernos una introspección, la derecha nos hizo sentir culpables por lo que hacíamos y hasta vergüenza por lo que éramos. Nos hicieron creer que no nos merecíamos nada, culpables de todos los problemas del país. Ahora nos damos cuenta que no es así. Las ideas diametralmente opuestas que existen entre ellos y nosotros solo fueron descubiertas cuando se terminó el discurso.

La verdad cuando salió a la luz nos encontró sorprendidos (lo digo por el común de la gente) y con la enorme firmeza de volver a retomar el camino que habíamos dejado atrás hace un poco más de tres años.El pueblo en general ya utilizó una especie de tamiz para diferenciar lo bueno de lo malo, y hasta aseguraría, de lo regular. Eso se está llevando a cabo en este preciso momento. Cada persona sabe en su interior que está bien o que está mal. Ya se da por hecho el conocimiento que se tiene de los inventos mediáticos o de las operaciones de “clase superior” en contra de los defensores de los derechos. La justicia actúa de manera desmedida, la soberbia de quienes integran las fuerzas de seguridad es atroz. Pareciera que no se dan cuenta que ellos se deben al pueblo y no a un sector. Ellos son parte del Estado, y este último no es otra cosa que la Nación organizada jurídica y políticamente. Lo que hoy expreso no es una simple retórica sino un pensamiento profundo del pasado y el presente de la realidad Argentina. 

Espero que cada uno sepa que hacer pero por sobre todo, de que lado de la vida se ve.

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