Cambiar uniformes por equipos de gimnasia con pijama abajo, sumar guantes y gorros o llevar mantas a clase son algunas de las estrategias que inventaron las familias frente a los primeros fríos para que los niños y niñas sigan yendo a las escuelas, donde ahora deben mantenerse las ventanas abiertas para prevenir contagios de COVID 19.
Desde el Ministerio de Educación adelantaron que mañana habrá una reunión por el tema.
El distanciamiento entre los alumnos, la división de los chicos en burbujas, la ventilación cruzada y continua de las aulas, el uso correcto del tapabocas y el lavado frecuente de manos son las reglas básicas del protocolo que se implementó para mantener abiertas las escuelas.
Hace unos días se conoció una foto en la que se veía a un alumno de Metán casi perdido bajo una manta y un barbijo. La situación se está repitiendo en numerosos establecimientos.
“Algunos ya están llevando los camperones. Antes no tenían permitido ponerse las capuchas, ahora sí. También van con mantitas”, indicó Roberto Suaina, titular del Coprodec (Consejo Provincial de la Educación Católica), que nuclea a 53 colegios parroquiales.
“En muchos casos no se está usando la vestimenta escolar como la pollera, sino el equipo de educación física. Abajo muchos llevan el pijama. Mientras estén cómodos y abrigados no hay problema”, dijo Suaina.
